Kathleen Barclay

TPP: La siguiente etapa de la integración de Chile con el mundo

Por: Kathleen Barclay | Publicado: Martes 25 de agosto de 2015 a las 04:00 hrs.
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El resultado de la reunión de ministros de comercio de los países que se encuentran negociando el Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico (TPP), sostenida en Hawai a fines de julio, dejó un sabor de frustración en la mayoría de los doce países que se encuentran negociando este acuerdo. La declaración oficial de los ministros reafirma el avance sustantivo logrado en las negociaciones a la fecha, así como el firme interés en continuar las conversaciones para alcanzar un acuerdo en el más breve plazo posible.


No obstante los avances logrados a la fecha, diversos medios de comunicación internacional han informado que las diferencias que impidieron concluir exitosamente las negociaciones están radicadas en tres áreas principales. En primer lugar, el esquema de reglas de origen para el sector automotriz, el cual involucra a EEUU, México, Japón y Canadá. En segundo lugar, las insuficientes ofertas de EEUU, Canadá y México que no cumplieron las expectativas de Nueva Zelanda respecto del acceso de sus productos lácteos a dichos mercados y por último, dentro de la amplia gama de temas que abarca el capítulo de propiedad intelectual, el número de años para la protección de datos asociada a los productos biológicos sigue siendo la piedra de tope para Chile y otros países como Australia, Perú y Malasia.


Por otro lado, es importante resaltar que a la fecha se han alcanzado significativos acuerdos en áreas muy importantes y sensibles como medio ambiente, inversiones, servicios financieros y acceso a mercado para productos agrícolas y textiles.


Esto es especialmente relevante, pues este grupo de doce países se encuentra escribiendo las normas y reglas que regirán el comercio internacional del siglo XXI. Los países TPP representan el 40% del producto global y el 26% del comercio mundial. De esta forma, el acuerdo se convertiría en un hito en la historia del comercio internacional. Este punto no es menor para un país como Chile, cuyo crecimiento económico está estrechamente ligado a la evolución del comercio internacional.


La región de Asia-Pacífico es un importante eje de crecimiento. De prosperar el TPP, este será el vehículo de integración económica con esa región, lo cual es totalmente consistente con la política exterior de Chile que busca desarrollar vínculos más sólidos y profundos en esa zona tanto en términos políticos como económicos.


Dentro de los aspectos novedosos del TPP está lo que se conoce como acumulación de origen. Esta se refiere a la posibilidad de considerar como propio de un país aquellos insumos provenientes de otro. Por ejemplo, Chile podrá importar hilados de algodón desde Perú para confeccionar prendas y ser exportadas a otros países TPP, cumpliendo la regla de origen. Este mecanismo de integración motivará a los empresarios chilenos a formar encadenamientos estratégicos para producir bienes más competitivos y de mayor valor agregado. Adicionalmente, se ha informado que el sector agrícola chileno obtendría un importante logro en materia de acceso al mercado japonés. Lo anterior es el resultado de que en el TPP se han incluido productos que estaban excluidos en el acuerdo Chile-Japón y además se ampliarían parte de las cuotas pactadas en dicho tratado. En definitiva, el acuerdo generaría ganancias para nuestro país eliminando barreras de acceso a mercados para bienes y servicios.


En materia de derechos laborales, el acuerdo busca elevar los estándares estableciendo reglas que protegen el derecho de libertad de asociación y la negociación colectiva y castigando el comercio de bienes producido con trabajo infantil.


El acuerdo también promueve una sólida protección del medio ambiente, con reglas que abordan el problema del tráfico de vida silvestre, la tala y pesca ilegal.


En AmCham estamos convencidos de que el TPP es el paso natural en la exitosa estrategia de integración de Chile con el mundo. Sin duda, este acuerdo puede convertirse en un instrumento fundamental que permitirá fortalecer un importante pilar del éxito logrado a la fecha por Chile, con un efecto positivo en el crecimiento del país y en el bienestar de toda la ciudadanía.

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